domingo, 4 de junio de 2006

Baldur y el Sol de Medianoche: (13) La Víspera

(Audición recomendada: Alanis Morissette - Hand In My Pocket -acoustic-)




El concierto en el Fuzzion era mañana y Thordur no había aparecido por el local de ensayo desde el incidente con Bjarni. Ni siquiera había dado señales de vida, lo que para mí, significaba que estaba fuera del grupo. Con tan poco tiempo de reacción y de maniobra, y habiendo desechado la opción de cancelar el concierto, decidí aprenderme las partes en las que él tocaba, por lo que ahora, mi trabajo como vocalista y guitarrista se multiplicaba. Las buenas noticias eran que Bjarni parecía tomarse bastante en serio su trabajo al bajo y Johann, bueno... estaba ahi y parecía darle igual todo mientras tuviera algo para fumar. Desde luego ninguno éramos un virtuoso, pero el fuerte de The Lazy Weekends radicaba en las canciones. Eran buenas. Y eso, tal y como estaba el asunto era una gran baza a nuestro favor. Finalmente, conseguimos hacer el apaño con una sola guitarra y todo volvía a sonar bien. Y con ello, la sonrisa a nuestras caras. Bjarni, aún con visibles secuelas físicas, se le veía realmente feliz. Aquello funcionaba. El último ensayo fue esperanzador.

Metí la guitarra en su caja rígida y me levanté para colocar el amplificador junto a la pared cuando Nanna volvió a aparecer. Desde aquel día no la había visto. La intensidad del primer momento se había disipado un poco y no habíamos vuelto a hablar. "Baldur" dijo. Sabía que pronunciar el nombre de su interlocutor era una buena forma de hacerlo más accesible a la conversación. "Hola Nanna" dije sorprendido. "Me alegro de volver a verte por aquí". Sin duda, Nanna llamaba la atención allá por donde iba. Llevaba puesto un top oscuro que dejaba al aire un bonito ombligo, unos vaqueros ajustados, unas botas de punta afilada y un abrigo grueso bajo el brazo. El pelo lo llevaba suelto, ligeramente ondulado, con la raya en medio y sus mechones rubios brotando entre el resto de cabellera castaña cortada a capas. Sus dos ojos azules, verdes o de otro color parecido, enormes. No necesitaban demasiado maquillaje. Me hechizaban. Perfilados como los de un felino, rasgados, con pestañas largas. Su belleza natural era abrumadora.

Si, Nanna era increíblemente guapa. Me costó reaccionar unos segundos. "Mañana tocais, ¿no?" preguntó, aunque sabía la respuesta. Parecía querer empezar una conversación, pero no estaba segura cómo. Decidí ayudarla. "Sí, es mañana, aunque hemos tenido alguna baja en la formación de última hora, creo que podremos arreglárnoslas" Traté de parecer lo más convincente y seguro de mi mismo, ya que sabía que era algo que las chicas valoraban en un chico. "Bueno, estaré allí con Kára para daros ánimo. Estoy convencida de que saldrá todo bien". Al nombrar a su amiga, decidí preguntarle por el mal rato que pasó y si estaba bien. "Por cierto... ¿cómo anda Kára? Después del incidente con Thordur supongo que no tendrá muchas ganas de salir a la calle". Asintió ligeramente con la cabeza y arqueó un poco las cejas. "Lo ha pasado mal estos días, pero lo ha superado. Supongo que no puede quedarse en casa por miedo a que le vuelva a pasar". Con estas palabras, Nanna demostró su grado de madurez una vez más. Después hubo un prolongado silencio tras el que ambos tratamos de decir algo, pero nos atropellamos mutuamente. Los dos quisimos otorgar la palabra al otro a continuación, pero no hizo más que acentuar la sensación de incomodidad. Finalmente ella decidió continuar. "Se me ha ocurrido que quizás podríamos quedar tu y yo algún día para tomar algo... no sé... ir al cine..." Lo dijo como algo muy banal, algo con cierto grado de improbabilidad, como si no estuviera muy segura de todo. Yo tampoco estaba muy covencido. Me apetecía mucho quedar con ella, pero quería que las cosas fueran más a su ritmo natural. La vertiginosidad con que los acontecimientos se habían venido desarrollando últimamente me asustó. "Claro, estaría bien. Hace tiempo que no voy al cine y hay un par de películas que me apetece ver". No podía decirle que no, Nanna me gustaba cada vez más. "Mañana después del concierto podemos quedarnos a tomar algo en el bar, tenemos barra libre toda la noche. Ya que no nos van a pagar, habrá que amortizar de alguna forma". Ella rió con ganas mi gracia y pareció contenta.