jueves, 8 de octubre de 2009

Baldur y el Sol de Medianoche: (22) Sexo con celebridades

(Audición recomendada: Queens of the Stone Age - No One Knows)






Baldur se fue al cabo de un rato porque había quedado con mi prima. Jim no parecía con ganas de despedirse, ni yo tampoco. Era de Los Ángeles y se había criado en una familia muy desastrosa, en un barrio muy poco favorecido. Había sido un rebelde toda su vida y tuvo la suerte de ganar un concurso de la TV que le dio mucho dinero. ¿Es posible que ocurran esas cosas? ¿Me estaría vacilando? En cualquier caso era difícil no envidiarle. La sociedad islandesa era demasiado modélica. Joder, si ni siquiera tenemos ejército y la gente nunca echa el cerrojo en las puertas de las casas. Nunca ocurren cosas interesantes. Son todo noticias políticas, económicas o la enésima derrota del equipo nacional de fútbol. Todo era demasiado previsible. No me extrañaba que la gente se suicidara tanto.

Sí, Jim me gustaba. Era mayor. Decía que tenía 32. Me ponía, joder. Y yo notaba que él no me quitaba el ojo de encima. ¿Debo portarme bien? Llevo pocos días invitada en casa de mi prima, aunque fuera temporal, se supone que estaba buscando apartamento. Nos quedamos allí en la cafetería, los dos solos en una mesa de una esquina. Aún estaba caliente la taza vacía de Baldur y yo estaba pensando en tener sexo con un tío al que acababa de conocer. No me hizo falta dejar ninguna señal. Cuando me dí cuenta, él estaba lo suficientemente cerca de mi y me estaba pasando la mano por el interior del muslo. Inmediatamente después ya tenía mi lengua metida en su boca. Vaya pasión, lo noté muy impetuoso de repente. Como si llevara meses sin ver a una mujer. La consabida pregunta de "¿vamos a tu casa o a la mía?" no tardó en salir de sus labios. La suya, por supuesto. Solo faltaba que metiera a un tipo desconocido en casa de mis tios.

Tomamos un taxi hasta el apartamento que tenía alquilado. Dejó una propina considerable. Sí que tuvo que ser mucho dinero el que ganara en ese concurso. Se notaba que llevaba poco tiempo allí. La decoración era minimalista y carente de personalidad. No me pegaba con él. Hice un comentario al respecto que él mismo cortó de raiz en el mismo momento de entrar con un beso increíble. Dentro hacía un calor tremendo, pero ninguno de los dos teníamos intención de buscar el control de la calefacción. No en ese momento. Él estaba demasiado ocupado desabotonando mis pantalones vaqueros. Casi me los arranca de la piel. Yo le ayudé con la camiseta de algodón que llevaba. Hice lo propio con su ropa y en un momento estábamos los dos desnudos en el salón del apartamento. No tenía un físico impresionante, pero con tíos peores me las había visto. Me gustaba su pelo y su barba. Le daba un toque salvaje. Cuando llegué con mi mirada al tatuaje que tenía en el hombro casi me quedo sin aire. Fue de manera progresiva. Primero me sonó de haberlo visto en algún lado. Luego recordé que fue en un videoclip. Luego que fue en uno de Unadaptation Syndrome y por último, que pertenecía al guitarra solista. John Stewart. Para rematar, estaba haciendo realidad uno de mis sueños de adolescente de acostarme con uno de mis ídolos musicales. ¡El jodido Johnny Stewart! ¡Claro! ¡Si lo tenía delante de mí! Quítale la barba, las gafas y córtale el pelo y era él. Llevaba toda la tarde pensando que me recordaba a alguien. Creo que no quería esperar a llegar al dormitorio de la planta de arriba, así que encantada de la vida y con una sonrisa de oreja a oreja, sin decirle nada, me dejé hacer. Me sujetó entre sus brazos y la pared y yo hice pinza con mis piernas. Buen sexo. Quizá luego le pediría un autógrafo.