jueves, 8 de octubre de 2009

Baldur y el Sol de Medianoche: (20) Necesitamos a alguien más

(Audición recomendada: The Last Shadow Puppets - Standing next to me)






Para un arreglo en el primer concierto me pude apañar, pero para que la banda siga evolucionando es necesario contar con alguien más a la guitarra si queremos darle más profundidad a nuestra música. Los ensayos siguientes fueron bastante desesperanzadores. Bjarni por fin comenzó a superar su complejo de inferioridad y era un bajista solvente, pero no podías pedirle mucho más. Cuando se quedaba solo era incapaz de sostener la canción. Además, la dirección que íbamos a tomar sería la de ir incorporando las canciones propias al repertorio de forma progresiva. Forever era un tema que sonaba bien de manera acústica, pero tenía mucho potencial y sólo lo podríamos desarrollar bien si estábamos 2 guitarras para cumplir con las exigencias armónicas.

"Vamos a hacer un descanso, necesito despejarme un poco. Estoy bloqueado" dije. Bjarni me miró con cara de extrañado y Johann salió de la habitación antes de que me diera tiempo a terminar la frase. Nos sentamos en el sofá que había en la sala exterior de la nave industrial donde se alojaban los locales de ensayo proporcionados por el ayuntamiento. Saqué un par de Coca-Colas de la máquina, para mi amigo y para mi. Johann se había alejado para fumarse algo con la gente de los otros grupos que se encontraban allí. Abrí la lata y fue en ese momento cuando Nanna apareció para alegrarme la tarde. Venía acompañada de otra chica algo mayor. Saludaron y acercaron el otro sofá que había pegado en la otra pared hasta colocarlo frente a nosotros. No habíamos dejado de mirarnos. La otra noche iba guapísima más arreglada, pero no sabría decir si estaba mejor más natural. Sonreía. "Ella es mi prima Ásdís. Viene de Akureyri a vivir aquí y no conoce a nadie, así que estoy enseñándole un poco esto. Le dije tenía a unos amigos que tocaban en un grupo y ella insistió en venir a veros". La verdad es que si te fijabas bien, las dos se parecían mucho, aunque Ásdís tenía unos rasgos un poco más duros y los de Nanna eran más dulces. Los ojos y la mirada eran iguales. Ásdis empezó a hablar un poco de ella y me di cuenta de cómo Bjarni no perdía detalle ni del relato ni le quitaba ojo a la chica. Nos contó que ella también tocaba y que había tenido un par de grupos en Akureyri, pero que era una ciudad muy pequeña y que las oportunidades no eran las mismas. Quiso ver nuestro equipo y Bjarni se ofreció a enseñárselo al instante. Nanna y yo nos quedamos solos.

"No has venido con Kára para evitar que te saque corriendo de aquí, como suele ser habitual, ¿verdad?" dije. Ella rió con ganas. "Efectivamente, está visto que no podemos hablar tranquilamente" respondió. Nos intercambiamos los teléfonos para así no tener que depender de venir a los ensayos o a las clases del instituto para quedar o vernos. Ella volvió a darme las gracias por la dedicatoria del concierto del otro día. "Eres especial para mí, solo quise hacerlo por tí, porque lo sentí de esa manera en ese instante. No lo había planeado, simplemente ocurrió". Ella se ruborizó y bajó su mirada, luego humedeció sus labios y volvió a mirarme. O hacía algo entonces o iba a parecer estúpido, así que me acerqué; posé mis dedos suavemente en sus pómulos, sonrojados y luego la besé tiernamente en los labios. Fue corto. Luego me separé un poco. Ella me volvió a buscar y esta vez abrió la boca para obsequiarme más. Yo lo acepté encantado y bajé mis manos por su cuerpo, hasta la cintura. Noté como se estremecía. Pasó sus dedos entre los mechones de pelo que caían sobre mi nuca, al tiempo que se me erizaba el vello. Podía sentir un cuerpo firme y curvoso debajo de la ropa que llevaba hoy. Lo que había comenzado con un inocente beso en los labios, se estaba convirtiendo en un magreo bastante serio y yo me daba cuenta de que aquello tenía pinta de ir mucho más allá. Los dos despertamos de aquel estado de ensoñación y nos quedamos mirándonos con una amplia sonrisa. De pronto estábamos en el mismo sofá, ella echada prácticamente sobre mí en el momento en que Ásdís y Bjarni volvían.

"Vaya primita, ya veo que no era yo la única interesada en venir, aunque por lo visto la música no era el motivo principal". Johann comenzaba a aporrear su batería solo en la lejanía, sobre una melodía imaginaria de Forever. Ásdís cogió mi guitarra y se unió al vertiginoso ritmo. De esa manera surgieron los mejores arreglos que podría haber imaginado para la canción. La verdad es que nunca había pensado en incorporar una chica a la formación. ¿Le interesaría?