martes, 6 de octubre de 2009

Baldur y el Sol de Medianoche: (15) Buenas noches, somos The Lazy Weekends

(Audición recomendada: The Who - Won't get fooled again)



No sé cómo se sentirían The Who cuando dieron su primer concierto, pero en nuestro caso, estábamos más nerviosos que un pavo el día de Navidad. En realidad, Johann creo que no sabía muy bien ni donde estaba, pero Bjarni temblaba desde los pelos de su cabeza hasta el dedo gordo de su pie derecho. Yo trataba de no pensar en que el bar se había quedado pequeño para acoger a toda la gente que había venido a vernos. Increíble. Ni en las mejores predicciones habria pensado que fuera tan bien en cuanto a público. Sólo quedaba no fastidiarla. Justo lo que necesitaba para aumentar mi estado de pánico.

"Buenas noches, somos The Lazy Weekends". Solo eso. Luego Johann hizo una cuenta de 4 compases y entramos con Won't get fooled again. La primera impresión de la gente pareció buena y se escuchó algún aplauso y alguna que otra mirada de recelo en plan "sacrilegio". Para ser nuestro primer concierto, tuvimos que basar la mayor parte de la lista de canciones en versiones, pero incluimos algún tema de cosecha propia. No me sentí tan mal cantando y tocando a la vez. Las partes más complicadas me salieron más naturales de lo que esperé. Incluso las de Thordur. Bjarni sabía que en esos momentos tenía que esforzarse en mantener la base rítmica lo mejor que podía, pues no contaba con un refuerzo de guitarra ahora que yo me encargaba también de los solos.

Para compensar las canciones que no tocaríamos por la ausencia de Thordur, decidí hacer un set acústico en medio del concierto en el que estaría yo solo con mi guitarra acústica. Una vieja Yamaha que perteneció a mi tío, pero que no sonaba nada mal. De esa forma, empecé a rasguear los primeros acordes de un tema que me tenía fascinado de ese disco nuevo de Oasis: Don't look back in anger. Me costaba cantarla en la tonalidad original, pero conseguí sacarla de forma que me venía mejor a mi tesitura vocal.

Justo en la parte en la que suele ir el break de batería dejé de tocar y se hizo un silencio. La gente hizo un amago de aplaudir, pero la canción no había terminado. Entré al estribillo y algunos sectores del público empezaron a cantar. Para la parte final, ese rasgueo suave, dejé que fueran ellos los que la terminaran, siendo todo el bar una voz. La canción llevaba un par de semanas poniéndose en la radio y se había hecho muy popular entre la juventud. Todo el mundo estalló en un gran aplauso. En los restantes años de mi carrera hasta la actualidad, jamás he vuelto a tener esa sensación tan grata. Ni siquiera tocando en salas de 3.000 personas o festivales de 25.000.

A continuación, toqué un tema que nadie había escuchado hasta entonces. Era mío y ni siquiera mis amigos más cercanos o mi familia habían oido aún. Hice una pequeña introducción. Me gustaba hablar delante del micrófono. Sobre el escenario toda mi timidez se deshacía y era capaz de desenvolverme bien. "Hace tiempo que tengo ganas de tocar esto delante de gente. Esta canción se llama Forever y es para Nanna". Cuando la terminé, de nuevo la audiencia estalló en aplausos y silbidos y la cara de la chica era un poema. Me costaba ver y reconocer a todo el mundo que estaba allí, pero a ella la tenía bien localizada en una de las esquinas, junto a la pared de la derecha. Pude intuir una sonrisa y un gran enrojecimiento de su tez. Kára no paraba de darle golpecitos con el codo y de decirle cosas.

El concierto se reanudó con el trío original y volvimos al ataque con una versión de Basket Case. Un tema muy directo, fácil de tocar y divertido para el público. Algunos temas más de la lista fueron A town called malice de The Jam e In bloom de Nirvana. Terminamos tras una hora y media con un encore de What's up de Four non-blondes. Una versión un poco más endurecida que toqué desde la mitad con una cuerda menos. Nanna sonreía, asombrada. Gran aplauso. Escollo salvado con holgura. Que nos echen lo que quieran.