domingo, 8 de agosto de 2010

Baldur y el Sol de Medianoche: (36) Universidad

(Audición recomendada: The Rolling Stones - You can't always get what you want)






Hoy me he saltado las clases de la facultad para ir a ver a Baldur a Seydhisfjordhur. Hace tiempo que me porto demasiado bien. Llevo aprobadas todas las asignaturas en sus correspondientes convocatorias y necesito relajarme un poco, así que hoy he decidido darle una sorpresa y plantarme en el concierto de esta noche. No nos vemos desde hace un par de meses, cuando tocaron en Reykjavik por última vez. Estoy muy contenta por todos ellos, porque las cosas les van realmente bien. Yo era tan torpe con los instrumentos musicales que jamás pude unirme a ellos, por mucho que quisiera. En su lugar, seguí el consejo de mis padres y comencé una carrera universitaria. Derecho.

Hans, un buen amigo de clase danés que está de intercambio este año, me ha acercado hasta la estación de autobús. Lo conocí a principio de curso y enseguida hicimos buenas migas. Siempre se ha portado muy bien conmigo y es un secreto a voces que yo le gusto, pero Baldur significa demasiado para mí. Nunca podría traicionarle. Aunque la tentación es grande. Hans es bastante guapo y sé de buena tinta que hay muchas chicas de nuestro círculo de amistad que están muy interesadas en él. Incluso las gafas de pasta que lleva lo hacen más atractivo.

El moderno autobús bordea la abrupta costa de la isla en un viaje de 7 horas desde el extremo occidental al oriental, atravesando paisajes desolados y acantilados castigados por el salvaje oleaje reinante. Tan solo la enorme ilusión de volver a ver a Baldur es lo que me hace sonreír. Este cuatrimestre ha sido muy duro. Siempre que puedo, le escribo algún email o le envío un SMS, que no siempre son contestados. Es lo que tiene toda esta nueva tecnología, que aún no es del todo fiable. Ahora hay un gran boom en el desarrollo de los teléfonos móviles y de Internet.

Bjarni da señales de vida de vez en cuando. Se fue a Dinamarca con sus tíos después de todo el follón en la fiesta de fin de curso del instituto. Menos mal que salió de aquella espiral de autodestrucción en la que se había metido y empezó a rehacer su vida. Ahora él también estaba en la universidad y estudiaba arquitectura, allí en Copenhague. Siempre recibí sus correos con alegría. A Baldur no le costó mucho perdonarlo. Los enfados no le duraban demasiado. Además Bjarni era como su hermano. Aún así estaba claro que las vidas de cada uno se habían separado y tomado caminos muy diferentes.